Si como yo peinas canas (pocas), seguro que nuestras madres son de la misma quinta. La mía era muy de frases típicas.
Una de ellas y el consumo de drogas en el ejército americano me va a servir hoy para trasladarte algo clave en la gestión de equipos.
Empezamos con la frase de madre:
- Y si tus amigos se tiran por un puente, ¿te vas a tirar tú también?
Tú no respondías, o sí, depende de cómo te hubiera pillado la adolescencia. Pero la respuesta la tenías clara: si ellos se tiran yo también.
Es posible que a ti no te apeteciera una mierda tirarte por un puente pero si tus amigos lo hacían tú también. Necesidad de pertenencia. Es algo muy presente en la adolescencia donde construimos nuestra personalidad por imitación. Y no mola ser el parias del grupo.
El contexto mandaba.
En el libro Atomic Habits, James Clear cuenta la preocupación que había por la adicción de los soldados americanos a la heroína. Mientras estaban en Vietnam, el consumo de droga era casi un básico. Era la mejor forma de huir de una realidad probablemente desoladora.
Nada que objetar.
El gobierno de los Estates estaba preocupado porque temían que al regresar de la guerra, un alto porcentaje de esos soldados siguiese consumiendo al regresar a casa. Café, tortitas y pinchito.
Después de gastarse millonadas en programas antidrogas, a la americana, lo que ocurrió les dejó con el morro torcido. Al regresar casi ninguno de los soldados que consumía volvió a consumir.
Habían roto la estadística.
El 90% de los adictos (a lo mejor es un 85% o un 93%) vuelven a consumir tras pasar por un programa de desintoxicación cuando vuelven a casa. ¿Por qué?
El contexto manda.
Muchos soldados se veían empujados a consumir para evadirse de la realidad y porque veían que otros lo hacían. Si los demás se meten pues yo también.
Los adictos que vuelven a casa, vuelven al contexto donde desarrollaron la adicción.
Somos hijos del contexto.
En la gestión de equipos el contexto es importante. A menudo nos enfocamos en la motivación de los individuos, el bienestar, las herramientas y muchas otras cosas que creemos van a hacer que consigamos los objetivos de negocio. Y olvidamos el contexto en el que se desarrolla todo eso.
Pero ¿qué es el contexto? Es un poco todo y nada.
El contexto es todo aquello que contiene la actividad, relaciones y comportamiento de las personas. Desde lo más obvio, las oficinas, a lo más abstracto, como la cultura.
Hace un par de semanas te conté que tu equipo hace lo que le da la gana y es así porque puede. Porque el contexto se lo permite.
Me gusta mucho decir a los managers con los que trabajo que, cuando dejan de ser contribuidores individuales, su labor deja de ser hacer las cosas y pasa a ser hacer que las cosas ocurran.
Suena a abrazar árboles.
Qué dices, cuándo lo dices, a quién se lo dices. Qué comportamientos premias, cuáles castigas. Cómo detectas las dependencias, cómo las bloqueas. Cómo estableces alianzas con otras áreas. Todo eso crea contextos donde ocurren cosas.
Y de la misma forma que si no quitas las malas hierbas en un jardín, tendrás un descampado, si no haces nada por crear un contexto, éste será el que emerja. Y puede que no sea el mejor.
Dada la importancia del contexto, el libro El siguiente manager, tiene un tercio dedicado únicamente a exponer esta idea y desarrollarla un poco más en profundidad.
Una vez que trabajas intensamente el contexto puedes trabajar en otros aspectos más operativos que van a permitir al equipo escalar la productividad.
Para mí es clave.
Un abrazo, David.