#8 🫵 No es culpa tuya

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Hoy me voy a permitir el lujo de zarandear un poco el tronco del árbol.

El otro día vi un vídeo en Youtube que contaba la biografía de Robin Williams. Me encanta como actor.

Una de las películas donde creo que hace un papelón es en El indomable Will Hunting. Una pésima traducción de Good Will Hunting. Good = Indomable. Alguien se saltó alguna que otra clase de inglés.

En una de las escenas, hacia el final de la película, Will, el indomable, habla con su terapeuta, Sean, sobre su informe psicológico. Muy resumido: maltrato por parte de su padre.

El terapeuta, que también sufrió maltrato, se acerca al chico y simplemente le dice con el informe en la mano:

  • No es tu culpa.

Will responde:

  • Sí, lo sé.
  • No es tu culpa.
  • Ya sé, ya sé.
  • No, escucha. No es tu culpa.

La tensión se masca y el corazón se te encoge a medida que el muchacho recibe una y otra vez la misma frase.

  • No es tu culpa.

Supongo que hay veces que es necesario que alguien nos intente descargar la mochila.

Si me lo permites:

  • No es tu culpa.

Quizá no es tu culpa que hayas escogido ser manager. Quizá era la única opción que tenías para sentir que evolucionabas profesionalmente. No es tu culpa.

Puede que la única forma de ganar más pasta y poder tener mayor bienestar fuera aceptar un puesto como manager de un equipo. No había otras opciones. Lo de la carrera horizontal aún a día de hoy no es mainstream.

No es tu culpa.

Quizá, no te contaron exactamente qué se esperaba de ti, ni qué podías pedir a cambio. A veces la gente no es del todo claro. Sin maldad, pero no lo hacen. No es tu culpa.

Podría incluso, que aún a sabiendas de ser total y absolutamente consciente de qué te esperaba no estuvieras preparado. No es tu culpa. Y seguramente nadie te ha contado cómo debe formarse uno como manager.

Eso tampoco es tu culpa.

Seguro que estás replicando los patrones de otros managers con los que has coincidido pensando que esa era la mejor forma de gestionar equipos. Quizá no lo sea y no es tu culpa.

Y que no sea tu culpa no significa que no puedas actuar.

En este punto, tienes dos opciones. Seguir lamiéndote las heridas e instalarte en la queja. Es que nadie me lo dijo. Es que nadie me ha formado. Es que no tengo tiempo. Es que no me pagan lo suficiente.

Nada que objetar.

O puedes empezar a movilizarte para cambiar todo eso que nadie te dijo y nadie te enseñó. Siempre digo que la queja está bien si te mueve a la acción porque es en la acción donde está el cambio. Y es en el cambio constante y consistente donde se esconde la auténtica transformación.

Antes de que todo esto empiece a sonar a abrazar árboles, quiero que sepas que durante los últimos 10 años he podido trabajar con decenas (quizá un centenar) de managers. He leído decenas (no llegaré a un centenar) de libros sobre gestión de equipos.

Y quiero que tú lo puedas aprovechar.

Por eso, te dejo un enlace al programa “Sé el manager que quisiste tener”. Un programa con 6 módulos con las bases de la gestión de equipos para el siglo XXI. Nada de micromanagement. Nada de motivacionismo.

Y sobre todo que es un programa diseñado para la acción donde cada módulo te dará espacio para reflexionar, plantear qué te gustaría probar con tu equipo y aprender en un entorno real.

Cero humo. Tú haces. Tú aprendes.

Apúntate el programa.

Un abrazo, David.