La pasada Semana Santa estuve con la familia en Santiago. Como en casi toda España, la borrasca Nelson dejó, como le digo a mis hijos de broma, churros de punta. Aprovechamos mucho para disfrutar de estarnos quietos en casa. 🌧️
Nos costó. 😅
El caso es que la lluvia nos dio tregua para hacer una actividad con los niños que les encanta: montarnos en el tren turístico. Y durante el recorrido se me ocurrió lo que hoy te quiero contar. 🚂
Va de rivalidades infundadas. 🤨
Hay dos recorridos para el tren turístico: el de los jardines y el histórico. Nuestro criterio de selección de trayecto fue muy fácil. Llegamos a la parada y nos montamos en el que estaba allí antes de que volviera a llover. Y resultó ser el de los jardines. 🌿
Ya habíamos hecho ese recorrido hacía un par de años pero ellos no se acordaban y nosotros estábamos bajo techo. Y, en mi caso, revisitando lugares que recorría hace ya más de 20 años. 🏫
Y pasamos frente a mi antiguo instituto. 👀
Guardo muchos y muy buenos recuerdos de esa época. También malos. Cómo no, la adolescencia es una época extraña. Yo iba al instituto Xelmirez I, en pleno campus universitario. Un lugar idílico para hacer pellas. 😜
Me lo ha contado un amigo. 🤥
Y recordé que en aquellos años, en el instituto hablábamos de otro instituto homónimo de segunda… De segunda porque se llamaba Xelmirez II. Hasta donde yo sé, sólo hubo un Arzobispo Xelmírez en Santiago así que ese fue después que el mío. 🤔
Les teníamos manía a los otros. 😤
Los dos institutos estaban relativamente cerca. Santiago es una ciudad pequeña y era fácil conocer o encontrarse gente del Xelmírez II. Pero yo no conocí nunca a nadie de ese instituto.
Y aún así les tenía tirria. 😖
Suena extraño pero eso me pasó en una compañía donde estuvimos sentando las bases de un hub digital que esperábamos fuera la semilla de la transformación. No voy a decir que los de UX y los de Marca se odiaran porque no era así, pero la relación era tensa. Muy tensa.
Sin apenas conocerse. 🙈
El equipo del hug digital era practicamente nuevo, el noventa por ciento de las personas que estaban allí habían entrado hacía menos de un año. Y lo más curioso todavía, apenas habían tenido contacto con el resto de la organización. La estrategia era clara. Crear un oasis, para hacerlo crecer y a partir de ahí ir creando lazos.
Pero los lazos venían con herencia. 🧬
Igual que nosotros, los del Xelmírez I, les teníamos tirria a los del Xelmírez II, los de UX y Marca se tenían tirria mutuamente. Infundada. Las personas que conformaban el equipo de UX no había tenido apenas contacto con ellos. 🤷♂️
Recuerdo que estando con ellos preparando la planificación de sus tareas, había un proyecto que necesitaba de la interacción y colaboración del equipo de Marca. Pero alguien dijo algo sencillo, hasta obvio, que abrió una puerta. 🚪
¿Por qué no nos reunimos con ellos? Y el ambiente se enrareció.
Parte de mi labor como agente externo en las compañías es tensar las relaciones para poder destensarlas. Un poco lo que hace mi fisioterapeuta Elena cuando voy a que me descarga la espalda o las piernas. Me encuentra los nudos y los trabaja para soltarlos. 🤲
Y eso hicimos.
Con la ayuda de la buena actitud del equipo de UX, que entendió que esas rencillas no tenían que ver con ellos, fueron a hablar con el equipo de Marca. Yo no fui a aquella reunión, mi presencia, por otros motivos, no era recomendable fuera del hub digital. Pero me hubiera encantado estar.
Cuando volvieron les pregunté: ¿cómo ha ido?
La respuesta fue a la vez sorprendente y a la vez liberadora: ha ido muy bien. Lo cual, por otro lado, era obvio. Ni la gente de marca ni la de UX se habían sentado juntos a hablar. La herencia que había en esa relación era meramente, digamos, institucional pero no personal. 🕊️
Las personas que formaban parte de ambos equipos no habían tenido ninguna relación entre sí. Las personas no, los departamentos sí.
Lo que me lleva a dos conclusiones.
La despersonalizaciones no ayudan a estrechar las relaciones dentro de las compañías. Por despersonalización me refiero a hablar del equipo de Marca en lugar de Fulanita, Zutanio y Menganita. El equipo UX o Marca no existe como entidad (esto no es del todo cierto… pero eso lo hablamos otro día), sólo existen las personas que forman parte de esos equipos. 👥
De persona a persona. 👫
La otra es que es importante estar atento a cuándo estamos cargando mierdas herencias de otros. En mi caso es fácil de detectar porque paso poco tiempo con las compañías con las que trabajo, por lo tanto, sólo tendré relaciones con fricción que yo mismo cree (muchas de ellas surgen por la mera presencia de alguien que viene a que las cosas cambien). 🧳
Cualquier otra fricción que sienta que me está parando a sentarme a hablar tranquila y amigablemente con cualquier persona de la compañía, no es mía y, por lo tanto, debo obviarla y relacionarme como si no existiera. 🌟
De perosna a persona. 🔄
Por eso, más de veinticinco años después, si me encontrara con alguien del Xelmírez II tenerle tirria sería absoluta y complemente absurdo. Por cierto, si conoces a alguien del Xelmírez II mándale la newsletter. 💌
Por tu parte, ¿qué herencia que no es tuya estás dejando que te influencie para tener relaciones ligeras con otras personas de tu compañía?
Los departamentos no existen, sólo existen las relaciones entre personas. 🤝
Un abrazo 🤗