En Cercedilla, un pequeño pueblo de 7.533 habitantes en la sierra de Guadarrama, hay una pizzería. Es un pueblo muy turístico que atrae a mucho andarín, corredor, montañero y familias. En Madrid estamos muy necesitados de naturaleza 🏞️
Pues en ese pequeño pueblo hay una pizzería 🍕
Pero no es una pizzería rollo cadena de ámbito nacional, no. Es una pizzería de pizzas romanas. Masa fina, dos o tres ingredientes de calidad y mimo. Mucho mimo para hacerlas.
Mimo y tiempo ⌛️
Es un sitio pequeño, apenas tienen cinco o seis mesas en el local. La carta es extensa y escasean las fotos. Puro texto donde leer con calma y detenimiento los ingredientes de cada pizza. Margarita, cuatro quesos, gorgonzola y pera, rúcula y champiñones 🍐🧀
Cero piña 🍍
Y las pizzas no son baratas. Tampoco son caras. No irías a cenar allí todos los días pero sí lo harías dos veces al mes. Vas, te sientas, eliges la pizza, miras cómo el pizzaiolo estira la masa una y otra vez con una máquina don doble rodillo.
Mete una bola de masa, lo pasa por la máquina. Echa harina en la masa, lo pasa por la máquina. Echa harina en la masa, lo pasa por la máquina. Una y otra y otra y otra vez. Sin prisa pero sin pausa. Hasta que está perfecta para una pizza romana por la que vas a pagar doce euros 💸
Una vez hecha la base se la pasa al cocinero. No hay cadena de montaje organizada al estilo de lo que inventaron los del McDonalds. El cocinero pone la salsa de tomate y la extiende con cuidado, sin marchar. Y luego completa con el resto de ingredientes. No los tira sobre la masa. Los coloca.
Merece la pena sólo por verles hacerlo 😌
Ahora imagínate que has vuelto de dar un paseo por las Dehesas con un grupo de niños. Son las 14:00 de la tarde y todos tenéis mucha hambre. Los niños están cansados y llevan un rato largo quejándose de que tienen hambre. Tú también estás cansado pero casi más por lidiar con los pequeños y sus necesidades que por la caminata.
Te pregunto, ¿irías a esa pizzería a comer?
Seguramente lo primero que se te ha venido a la cabeza es: no way, Jose. Si no ha sido así, enhorabuena. Te van los deportes de riesgo 🤪
No irías ahí por una sencilla razón: el propósito de la pizzería no es cubrir tu necesidad. La de ese momento: alimentar a pequeñas fieras hambrientas cansadas y con cero paciencia. Su propósito es otro.
📝 Atento que va de gestión de equipos y calidad.
En Kanban existe el concepto fit for purpose. Resumiéndolo mucho, tu negocio está fit for purpose cuando la necesidad que cubre, los procesos, los recursos que se utilizan y la calidad resultante están alineados. Pizzas gourmet hechas con esmero e ingredientes frescos no está muy en línea con la necesidad de deglutir de estómagos hambrientos.
La calidad no es negociable ❌
Probablemente en esa situación lo que te vendría mejor sería un establecimiento de una gran cadena de pizzas a cinco euros y hechas en diez minutos con refill de refrescos y nuggets por dos euros más. Ni mejores mi peores, sencillamente más adaptadas a tu necesidad de ese momento.
La calidad tampoco es negociable ❌
Cuando gestionas un equipo, las habilidades, las herramientas, los procesos y los tiempos de respuesta deben estar adaptados al propósito del negocio. No es lo mismo una gran corporate con tres ciento mil empleados distribuidos por todo el planeta que una empresa familiar de quince empleados que trabajan todos en la misma oficina.
La calidad de una y de otra no son negociables. Su calidad, la de cada uno.
Me gusta la palabra fit de fit for purpose. En el mundo del fitness, estar fit no es tener un cuerpo estándar musculado de los que revientan camisetas cuando cruza los brazos. Estar fit es tener habilidad y capacidad de ser funcional. No es lo mismo estar fit si corres ultramaratones que si juegas al curling.
Cada uno tiene su fit for purpose 💪🏼
Es cierto que en ambos casos hay unos mínimos. En el caso de lo físico y deportivo, la salud es el mínimo por debajo. Pero es que también hay un máximo a partir del cual estás malgastando tus esfuerzos. Más entrenamiento, más mejora no significa mejores resultados.
De hecho puedes empeorar.
Con tu equipo, es importante, hacerse ciertas preguntas para saber si estás fit for purpose:
❓ ¿Cuál es exactamente el propósito de tu organización?
❓ ¿Cómo de cerca o lejos está tu equipo de ese propósito?
❓ ¿Cómo de cerca o lejos están tus procesos, recursos o herramientas de estar fit?
❓ ¿Cómo de cerca o lejos está las habilidades, capacidades y conocimiento de tu equipo de estar fit?
Y ¡ojo! como en muchas otras cosas lo óptimo no siempre es lo mejor. Quizá con que todo sea suficientemente fit sea suficiente.
Y quizá con esto, me esté acercando a una idea a la que estoy dándole algunas vueltas en los últimos meses…
Un abrazo,
David
Un abrazo, David.