#39 🏃 Adelanto a extraños corriendo, ¿y qué?

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No soy muy competitivo la verdad. A ver, que una vez quedé segundo en una carrera de barrio y me flipó subir al podium… 🥈 Y no no éramos tres corriendo, éramos unos… ¿veinte?

Pero te voy a contar que a veces compito con extraños y les gano. Hoy va de gestión del cambio personal.

No suelo a ir a carreras, el ambiente no es lo mío. Demasiada gente, demasiada formalidad. Soy más de tirarme al monte como las cabras. Pero algunas veces voy a carreras y al terminar miro la clasificación 🧾

Y no quedo tan mal oiga.

Suelo estar en el tercio superior de la tabla, en la general y en mi categoría, veterano B. Más de 40 veranos. Suelo marcarme el plan de carrera a la salida y los años me han enseñado a cumplirlo. Que nos conocemos y nos venimos arriba. Y terminamos petando 💥

Pero a veces intento adelantar a corredores 🏃

Les veo a cierta distancia delante de mí y pienso “si aprieto un poquito le adelanto”. No soy muy de intentar rascar puestos en el último kilómetros. Lo hago hacia el tercio final de la carrera. Y a veces les alcanzo, les adelanto y les dejo atrás.

Gano a extraños corriendo. ¿Y? 🤷

A lo largo de los años me he dado cuenta de lo absurdo que es como corredor popular competir con los demás. Llámalo competir o llámalo compararme que de eso van las carreras. Tu clasificación es relativa al resultado de los demás. Un mal día y quedas más abajo. Un buen día y quedas más arriba. Puro azar.

Como los procesos de cambio.

Seguramente te has sentido frustrado al ir a una charla o ver algún vídeo en internet de algún speaker famoso. Cómo tuvo éxito, lo que estudió, los másters que hizo, las empresas en las que trabajó para llegar a ser un gurú de la gestión de equipos.

Y te comparas 🪞

Y entonces sientes que estás abajo del todo de la clasificación. Que ni en veinte años llegarás a ser como él. Y claro, terminas por no hacer nada.

Infinite loop ♾️

Te comparas y te frustras. Te frustras y no haces nada. No haces nada y no avanzas. No avanzas y te comparas. Te comparas y te frustras.

Cuando corro carreras y adelanto a un extraño. ¿Quién me dice que esa persona no está teniendo un mal día? ¿O que acaba de salir de una lesión? ¿O que sólo lleva tres meses corriendo? ¿O que hace un año pesaba quince kilos más?

Cuando quiero ser mejor manager y me comparo con gurús, estoy intentando ganar en el maratón a Kipchoge. Y cuando me comparo con extraños me hago trampas al solitario 🎴

No me malienterpretes, no digo que ser competitivo sea malo.

La ambición mueve montañas. Eso lo tengo meridianamente claro. La cabezonería también, pero eso da para otra newsletter. Querer evolucionar y avanzar es bien 👍

La clave está en cómo mides tu avance.

Es importante tener referentes con quien inspirarse. Personas que están por delante de nosotros y que podemos alcanzar. No por ganarles a ellos sino como impulso para ganarte a ti mismo. Y evitar compararse con los que van por detrás. A ver si al final vas a ir a peor.

Hago un paralelismo con los retos. Si están demasiado lejos de nuestras capacidades nos frustramos. Kipchoge. Si son demasiado fáciles para nosotros nos aburrimos. El último de la clasificación.

Cómo mides tu avance es la clave.

Cuando trabajaba haciendo coaching individual, las personas con las que trabajaba venían muchas veces frustrados porque sentían que no iban suficientemente rápido en el cambio que querían provocar.

  • Me gustaría ir más rápido.
  • ¿Más rápido que qué?

Kipchoge. El último de la lista.

A menudo en todos los procesos de coaching había un momento clave donde la sesión giraba en torno a revisar el avance. Parábamos para mirar hacia atrás, valorar de dónde venía el coachee y valorábamos dónde estaba en ese instante.

Más importante que avanzar rápido es no parar de avanzar 🚷

Sí, sí, sí. Te voy a contar lo de mejorar el 1% cada día que podrías ponerte en una taza de Mr. Wonderful. Nos puede la impaciencia.

Es importante tener referentes, es importante estar motivado, es importante tener formación, es importante tener apoyo. Pero todo eso no sirve de nada si cada día no avanzas un poquito. Un 1%.

Disciplina le llaman.

Otro día te cuento que estás en un carrera en la que no hay meta 🏁

Un abrazo, David.