Hoy quiero hablarte de una palabra que me ha encantado: mamey. Como muchas palabras tiene muchos significados. Si buscas en la RAE verás que mamey es a la vez dos árboles distintos, significa persona simpática y también cosa de excelente calidad.
Me centro en la última.
Hace unos cuantos emails hablaba del daño que hace la cultura del esfuerzo en la gestión de equipos y la productividad. Cito textualmente:
“Tenemos la creencia de que las cosas difíciles requieren esfuerzo. Hoy diré que compro la idea (otro día te cuento que tampoco estoy de acuerdo).”
Hoy es el día: no estoy de acuerdo con que las cosas difíciles requieran esfuerzo.
Y la palabra mamey me sirve para ilustrarlo.
Como te decía, mamey significa cosa de excelente calidad en cubano. La belleza de esta palabra reside en que esa misma palabra, en colombiano, significa algo que es fácil o sencillo, sin mayor dificultad. No aparece en la RAE.
Si juntas los significados tenemos que mamey es una cosa de excelente calidad que además es fácil o sencillo y sin mayor dificultad.
Mamey es la respuesta a la productividad.
¿Y si las cosas difíciles requiriesen poco esfuerzo? ¿Y si la calidad pasa por hacer cosas sencillas? ¿Y si estamos invirtiendo demasiado tiempo en hacer cosas muy complicadas para resolver problemas complejos? ¿Y si hubiera cosas fáciles y de calidad que resuelven problemas complejos?
No hablo de ser simplista.
No pretendo decir que haya que simplificar los problemas y aplicar soluciones reduccionistas. Eso no funcionaría. Hablo de cambiar el foco de nuestros esfuerzos.
Nos pasamos el día haciendo cosas, muchas cosas, que requieren mucho esfuerzo. Y quizá la primera pregunta debería ser si hay formas más sencillas de resolver esos problemas. Y que además sea fácil. Y que además sean de calidad.
Que resuelvan lo que tienen que resolver, ni más ni menos.
Quizá este mail sea algo más filosófico que los demás. No lo niego. Creo que nos estamos metiendo en una rueda de hamster donde tenemos que hacer más, ir más rápido y hacer cosas más complejas.
Hoy quiero hacer un alegato hacia lo sencillo, lo suficiente y la calidad. Entiendo la combinación como aquello que resuelve el problema sin grandes parafernalias, ni más ni menos.
Y sí, también un alegato a ser vago para ser más productivo y hacia el minimalismo para viajar ligero para alcanzar los objetivos.
Quizá sea un buen momento para reflexionar sobre cómo estás afrontando la gestión del equipo:
¿Qué actividades se llevan el mayor esfuerzo del equipo?
¿Qué problemas resuelven esas actividades?
¿De qué forma se podría resolver esos mismos problemas pero con menos esfuerzo?
Recuerda, mamey: cosas de excelente calidad que además son fáciles y sencillas.
Un abrazo, David.
P.D: a la palabra mamey llegué a través del proyecto de una amiga que da nombre a su marca: Mamey Home. Y no, no recibo nada a cambio de enlazarla más allá del placer de aportar mi granito de arena a que crezca su negocio.