Creo que hoy me voy a poner un poco espiritual, en plan Paulo Coelho. Pero prometo que tiene que ver con la gestión de equipos 😇
El fin de semana pasado fui a una carrera de montaña. Sí, por montaña también se corre. Al menos en llano y cuesta abajo. Cuesta arriba, ya si eso. De hecho la carrera en la que participé, a orillas del Mediterráneo empezaba cuesta arriba. Muy cuesta arriba. Casi vertical. Desde 300 metros hasta 1400 en apenas 4 kilómetros. Ahí es nada.
Desde casi el mar al Puig Campana ⛰️
La cosa es que la primera subida, además de ser especialmente empinada, tenía el suelo muy roto. Se dice así cuando hay muchas piedras de distintos tamaños pero que están sueltas. Como el blanco roto 🙄
Nada más empezar una subida así tiene sus pros y sus contras. Pros: te pilla con fuerzas y ganas. Contra: te pilla con fuerzas y ganas.
Me explico.
El problema de ese tipo de subidas es que si pisas muy fuerte sobre el suelo y haces mucha fuerza para elevar el cuerpo, tu propio peso y fuerza te hace resbalar. Das un paso y te resbalas medio o uno. Eso en el mejor de los pasos.
No es un gran problema si tenemos en cuenta que eso ocurrió en la primera hora y media. Pero yo después aún estuve otras dieciséis recorriendo el monte. El problema no es que te canses ahí, el problema son las fuerzas que gastas para todo lo que se viene después.
Y tuve una iluminación 🔦
No voy a hacer un chascarrillo sobre ir de noche con linterna frontal. La iluminación no fue luminosa, fue más bien intelectual. Podía subir poniendo todas mis fuerzas, que las tenía, o podía subir haciendo que cada paso contase.
Paso a paso 🥾
Y no sólo hablo de ejercer la fuerza justa para que las piedras no se muevan bajo tus pies y te hagan resbalar. Hablo también de saber buscar los mejores lugares donde pisar. Una piedra grande es mejor que muchas pequeñas, una piedra pequeña que está anclada al suelo es mejor que una piedra grande suelta, una piedra enorme suelta es mejor que una piedra pequeña.
Piedra a piedra 🪨
De hecho, me di cuenta de que, aunque el camino por el que transitábamos era de apenas un par de metros de ancho, había zonas que eran más fáciles según mi estrategia aunque recorrían algunos metros más. Daba más pasos pero eran más seguros.
Cuando llegué a lo alto del Puig Campana me di cuenta que eso que me había pasado no es muy distinto de lo que le ocurre a muchos managers con sus equipos 🏢
Empiezan con demasiado ímpetu y no paran de resbalarse. Hasta que se agotan 😮💨
Me topo con muchos managers que quieren cambiar las cosas en sus equipos y quieren abarcar demasiado demasiado rápido. Suben pisando muy fuerte contra el suelo y muy rápido y no paran de resbalarse 🍌
Y esos resbalones no son peligrosos en sí mismo, como mucho un desperdicio de tiempo durante unos días. Pero como en las carreras largas, el problema no está en el ahora, está en lo que puede venir después.
Que vendrá
Como manager, la estrategia del paso a paso, piedra a piedra, también es válida para llevar a tu equipo al siguiente nivel. Ten claro tu objetivo, decide de forma consciente a dónde quieres llegar. Sea hacer una carrera de ultradistancia o mejorar la delegación en tu equipo. Tenlo meridianamente claro.
Y actúa.
Actúa haciendo que cada paso cuente, que cada paso sea EL paso. Sin esfuerzo, sin resbalones. Piedra a piedra 😌
Y ¡ojo! Ello nos significa que no te vayas a resbalar. Lo harás. Yo me resbalé unas cuantas veces subiendo el Puig Campana. Pero no es lo mismo intercalar dos pasos y resbalón que un resbalón cada veinte pasos. En el primer no sólo desperdicias energía física sino que además tu moral se va minando 😖
En el segundo caso, cada resbalón te pilla después de haber avanzado con cierta seguridad. Pasos pequeños. Pasos seguros. Pasos conscientes 🚶
Paso a paso. Piedra a piedra.
Si estás en estos momentos pensando en llevar a tu equipo a su siguiente nivel. Empieza ya y no dejes de dar pasos. Pequeños pasos. Muchos pequeños pasos. Pasos inteligentes. Pasos conscientes. Un paso tras otro. Sin parar 🚦
Y como yo aquella noche subiendo al Puig Campana piensa que la única forma de llegar arriba del todo es seguir dando pasos.
Cualquier otra cosa no te llevará allí.
Un abrazo, David.