#36 🤷 A veces hay que hacerlo y .

Author:

Las historias que mezclan deporte y aprendizajes vitales me flipan. Es muy fácil hacer paralelismos para sacar conclusiones para la vida. Y para la gestión de equipos, que es para lo que estás leyendo esto.

Hoy quiero hablarte de Scott Yurek, un corredor de ultradistancia. Y por qué no dejarnos llevar un poco por el sesgo del superviviente.

Atento que la historia es épica y lacrimógena.

Para que te centres si no estás metido en el mundo de la ultradistancia (cosa muy normal) decirte que, en general, es cualquier competición a pie que tenga más de 42 kilómetros.

La ultradistancia empieza donde acaba el maratón 😮‍💨

Piensa una distancia y existe competición y/o record… 100 kilómetros, 100 millas, 6 horas en pista, 12 horas en pista, 24 horas en pista, 1000 kilómetros, el Camino de Santiago corriendo…

Scott Yurek es uno de esos corredores que cuando empecé a correr largo me inspiró. Cuando yo estaba dando mis primeros pasos, él estaba ganando las carreras más conocidas y épicas del mundo.

Las 100 millas de la Hardrock, los 246 kilómetros de la Sparthalon (algunos historiadores cuentan que después de Atenas, Filípides se dio un paseito hasta Esparta), los 217 kilómetros de la Badwater (se celebra en el Valle de la Muerte 🙄).

En su libro Eat&Run cuenta su historia.

En resumen, de familia desestructurada y de pocos recursos, siendo él bien joven a su madre le diagnosticaron esclerosis múltiple. Su padre se dedicaba a trabajar y él a cuidar a su madre y su hermano. Duro, muy duro.

En toda esa tragedia, su padre, que probablemente tenía la inteligencia emocional de un zapato, harto de que Scott se quejara de tener que trabajar duro le dijo algo que me repito a veces. Es más bien frase de Mr. Owful:

📝 “A veces hay que hacerlo y punto”.

Lo recuerda Yurek hablando sobre motivación y las ganas que tenía de salir a entrenar después de un largo y cansado día de trabajo. Seguramente prefería que le pinchasen agujas debajo de las uñas.

Y tiene que ver con motivación de equipos.

Siempre digo que como manager tu trabajo es conectar las motivaciones de los miembros de tu equipo con las tareas, proyectos e iniciativas. No se motiva a nadie. Se conectan motivaciones.

¿Y qué pasa con los marrones que no hay un ser viviente que los conecte? “A veces hay que hacerlo y punto”.

Si estás leyendo esto, probablemente no lo hagas pero seguro que conoces o has tenido algún manager que intenta vender lo invendible al equipo.

  • Equipo, tenemos que hacer esto que nos pide el equipo de marketing porque es muy importante de cara a la consecución de los objetivos de negocio. Es una decisión estratégica que nos permitirá acceder a proyectos más atractivos para nosotros.

La gente se miran unos a otros y por telepatía se oye: marrón 💩 Nadie se lo cree y además se perjudica la relación con los miembros del equipo. Se rompe la confianza.

Ser manager no es sólo responsabilidad y cobrar más pasta, es también saber tener conversaciones incómodas. Del estilo de:

  • Gente, se nos viene un marrón gordo. No he sabido pararlo y nos toca hacer esto que os voy a proponer. Me gustaría decir que es algo que nos vaya a abrir puertas a nuevos proyectos más molones, lo cierto es que creo que no va a ser así. Espero equivocarme.

Y cerrar con un:

  • A veces hay que hacerlo y punto.

Ya sea por temas burocráticos, luchas internas de egos (casi siempre son egos) o cosas que ni siquiera somos capaces de entender, a veces hay que asumir que hay tareas que no motivan.

Los marrones 💩

Puede que alguien esté pensando que toda tarea, si la replanteas de la forma correcta, emerge una motivación. Sí, es una buena estrategia para enmascarar que en la vida hay cosas que no molan y que hay que hacerlas.

A mí no me mola nada tener que rellenar formularios para cumplir los procesos burocráticos, pero hay que hacerlo y punto. No dedico energía a pelearme con ello. Lo hago.

Quizá puedas estar pensando que a los miembros de tu equipo no les puedes soltar un: a veces hay que hacerlo y punto. Quizá no. Y si es así entonces tu trabajo tiene que ir en otra línea.

Un grupo de personas que no entienden que su labor se desarrolla dentro de un contexto en el que ocurren cosas que no molan, marrones, no va a hacer bien su trabajo. Se creen que están aislados y que su responsabilidad sólo llega lo que le alcanza su brazo derecho.

Ahí tu labor como manager es explicar que los contextos laborales son contextos complejos y que las cosas no siempre salen como nos gustaría. ¡Ah! Y marrones, también que hay marrones y que como equipo los tendréis que afrontar.

Si Scott Yurek podía, tú también.

Un abrazo, David.