Creo que podría escribir todas las newsletter sólo refiriéndome a capítulos de Los Simpsons. La verdad está ahí… fuera.
Recuerdo un capítulo donde el Sr. Burns iba al médico para hacerse una revisión completísima. De rico. Le intentaban sacar sangre pero no encontraban vena en que hacerlo en un enclenque brazo. Le pasaban por máquinas para escanearlo al completo 🩻
Nada de sólo chapa y pintura 🎨
Al darle los resultados, el médico le intentaba explicar que básicamente estaba en un equilibrio peligroso. Había tantos virus y bacterias intentando entrar en su maltrecho cuerpo que no podían entrar.
La metáfora que usó su doctor era la de un puñado de muñecos en forma de virus intentando entrar por una puerta todos a la vez. Sin éxito. Al estilo de los trenes japoneses en hora punta. Estaba a la vez “demasiado sano” y “demasiado enfermo” 🤒
El enfermo de Schrödinger.
El señor Burns, lejos de quedarse con la intención principal del doctor, que era intentar hacerle ver que estaba vivo y muerto a la vez, pensó que era inmortal. Y se fue por el mundo a lucir su sanitud.
Con la autoestima pasa algo parecido.
En el máster de inteligencia emocional se me quedó grabada una frase de una de las facilitadoras. Eran dos psicólogas excepcionales con un rango amplísimo para acompañarnos a cada alumno en nuestros procesos. Si estáis leyendo esto, gracias 🙏
La frase dice así: no se puede tener demasiada autoestima, como no se puede estar demasiado sano.
O estás sano o estás enfermo, no hay término medio. O tienes autoestima o no la tienes, no hay término medio.
Es posible que en tu equipo haya una persona, o te relaciones dentro de la compañía con una persona “con mucha autoestima”. Esa persona que está segura de sí misma, que se gusta al hablar, que siempre tiene mucho que aportar, es muy visible, no tiene miedo a equivocarse (aunque se equivoque) y casi siempre tiene razón
Tiene mucha autoestima, solemos decir.
Igual que el señor Burns no estaba demasiado sano, esa persona no tiene mucha o demasiada autoestima. Probablemente ese comportamiento sea una fachada para no dejar ver las debilidades que hay detrás. Como los virus del ricachón que no podían entrar por la puerta.
Todos tenemos debilidades 🤕
Existen tres conceptos que nos ayudan a entender a alguien que “está demasiado sano”. Permíteme que lo simplifique:
1️⃣ Autoimagen: es lo que vemos en el espejo 🪞
2️⃣ Autoconcepto: es lo que opinamos de lo que vemos en el espejo 🗣️
3️⃣ Autoestima: es la valoración emocional de las otras dos 💜
Pongo un ejemplo de mi yo del pasado:
Cuando me ponía frente al espejo veía un niño gordo al que la ropa le quedaba grande y pequeña a la vez, mi autoimagen. Lo que veía no me gustaba en absoluto, no me gustaba el cuerpo que tenía ni la ropa que vestía, mi autoconcepto. Eso me provocaba malestar porque no me sentía seguro de mí mismo y solía exponerme lo mínimo posible para que la gente “no me viera”.
¿Y por qué esta distinción es importante para la gestión de equipos?
Porque hay dolencias en los tres conceptos que deben ser trabajadas en distintos niveles. De nuevo permíteme que simplifique:
1️⃣ Autoimagen: hay gente que no se mira en el espejo, metafóricamente hablando.
2️⃣ Autoconcepto: suelen ser creencias de lo que es bueno y malo, correcto o incorrecto.
3️⃣ Autoestima: es un trabajo realmente emocional y profundo.
Esto es importantísimo cuando tengas conversaciones con las personas de tu equipo para poder acompañarles en sus procesos y su evolución personal y profesional 🫂
Tanto los que están demasiado sanos como los que están demasiado enfermos.
Un abrazo, David.