… encontraréis, llamad y se os abrirá”
San Mateo 7, 7-11
Hace un tiempo tuve una retro con un equipo que no paraba de quejarse. Fue una sesión de esas plomizas donde el aire pesaba sobre los hombros.
Que si los jefes, que si los clientes, que si la abuela fuma y hay colillas en el hall.
Balones fuera.
Sé que para que un equipo avance, a veces hay dejarles que se quejen. Gratuitamente. Incluso dándoles la razón.
Es verdad, tu contexto es una mierda.
Pero si dejas que el equipo se quede en ese estado de retorcerse y regodearse en el lodo cual cochinos, la situación no va a cambiar.
Queja, bien. Regocijo en tus miserias, mal.
La queja tiene una cosa muy oscura y es que justifica la inacción y genera frustración. Como el contexto es una mierda, mi jefe no hace nada y la empresa no se preocupa por mí, pues me quejo, no hago nada y las cosas no cambian.
Infinite loop ♾️
En esa sesión, utilicé la técnica del disco rallado. Básicamente es devolver siempre la misma respuesta antes sus quejas. Cual loro.
Atención.
La mejor respuesta ante un equipo que se ha enrocado en la queja es:
¿Qué vas a hacer tú para que eso cambie?
Una y otra vez.
Cuando ya lo he dicho tres o cuatro veces, cuando casi les irrita que lo haga, suelto cuerda y les doy LA charla: ante cualquier situación tienes tres opciones, tómalo, déjalo o cámbialo.
✅ Tómalo, es decir, acéptalo, abrázalo tal y como es, no te pelees con ello.
🏃 Déjalo, es decir, si no te gusta lo que ves carretera y manta (que decía mi madre).
💪🏼 Cámbialo, es decir, si quieres peces mójate el culo.
En esa sesión, ocurrió una cosa curiosa en medio de la acalorada conversación. Alguien soltó “aquí ya hemos pedido muchas veces las cosas y nunca se ha hecho nada”. En sí misma es una frase muy fácil de desmontar. La escucho a diario.
Pero alguien hizo el trabajo por mí.
Uno de los miembros del equipo dijo: “bueno, eso no es del todo cierto, yo hablé ayer con mi manager para plantearle cambiar nuestros reportes y le pareció muy buena idea”.
No le di un beso en los morros de milagro.
A menudo, los equipos dedican tanto tiempo a lastimarse y tanta energía a retorcerse en el lodo, que olvidan que, una opción para que las cosas es pedir.
Pero pedir con criterio.
Y para tener un buen criterio hay que hacer un buen trabajo de análisis de las flaquezas del contexto, de las relaciones entre partes así como de las habilidades y conocimientos de los individuos.
Si quieres peces…
Como me decía mi madre: hijo, el no ya lo tienes, puedes ir a buscar el sí. ¡Qué razón tienen las madres!
Obvio decir, que funciona en el otro sentido. En ocasiones como manager, esperas que te lean el pensamiento, que cumplan tus expectativas y alcancen tus estándares sin tan siquiera pedírselo.
La telepatía no existe.
Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá.
Si has llegado hasta aquí, siguiendo la sabiduría de mi madre, hoy quiero pedirte que me ayudes. Quiero que la newsletter llegue a más gente. Como ya decía en la newsletter anterior mi placer está en escribir pero también en que me lean.
Podría ofrecerte incentivos molones para motivarte a hacerlo, sin embargo, hacerlo es la propia motivación, el placer que sentirás haciendo llegar este humilde contenido a alguien a quien le pueda inspirar.
Como le digo a mis dos hijos: compartir es vivir 😅
Mamá, vamos a por el sí 💪🏼
Un abrazo, David.